Más teleasistencia y piscinas nocturnas para combatir un calor que se cronifica en Sevilla

Una mujer rellena una botella en una fuente en Sevilla para combatir el calor.
Una mujer rellena una botella en una fuente en Sevilla para combatir el calor.
DAVID ARJONA/EFE
Una mujer rellena una botella en una fuente en Sevilla para combatir el calor.

Yago y Xenia. Son los nombres con los que el proyecto proMeteo ha bautizado a las dos olas de calor que ya se han sufrido en Sevilla desde que comenzó el verano, hace menos de un mes. Episodios que se han traducido en temperaturas por encima de los 40 grados de día, rozando incluso los 45, y en noches tórridas en las que el mercurio ha llegado a rebasar los 30 grados.

Es decir, calor sin descanso casi las 24 horas del día. Sensación de sofoco y ahogo en la calle, donde a veces cuesta respirar y la sombra, por pequeña que sea, se convierte en una gota en el desierto. Solo durante las primeras horas de la mañana y las últimas de la noche es más o menos agradable salir, y a veces, ni eso. Casas que nunca se refrescan y en las que se hace difícil vivir sin aire acondicionado o ventilador, aparatos que en Sevilla y en verano se convierten en artículos de primera necesidad. Cansancio, dolor de cabeza, piernas cansadas, sensación de embotamiento… Y un constante "¡qué calor!" en boca de todos. 

Es el día a día de una ciudad acostumbrada -si es que a esto se puede uno acostumbrar- a padecer mucho calor durante el periodo estival. Sin embargo, se están registrando "temperaturas muy destacadas que están varios grados por encima de lo normal para la época".

Así lo afirma a 20minutos José Miguel Viñas, meteorólogo de Meteored, que explica que este tipo de episodios "empiezan a ser relativamente frecuentes". Cabe entonces preguntarse si el calor se va a cronificar. La respuesta es poco alentadora: "Las predicciones climáticas apuntan en ese sentido", continúa Viñas, que habla de una "tendencia muy clara". Por un lado, el "alargamiento del tiempo típico de verano", con un "adelanto primaveral que es muy significativo", ya que casi todos los años se registran en abril y mayo temperaturas más propias del verano. Y, por otro lado, hay cada vez más días con un "calor extremo".

Ocurre lo mismo por las noches, con una tendencia a que cada vez estas sean más cálidas, tórridas incluso (cuando no bajan de los 25 grados), lo que, en última instancia, supone una combinación "muy mala" en lo que a salud se refiere por la falta de descanso.

Un termómetro situado en el Prado marca 51 grados durante la primera ola de calor en Sevilla.
Un termómetro situado en el Prado marca 51 grados durante la primera ola de calor en Sevilla.
EP

Todo esto es consecuencia del cambio climático. "Es una tendencia muy clara y global", insiste Viñas, que sin embargo asegura que "vamos con retraso", pues se deberían haber adoptado medidas de reducción de los gases de efecto invernadero "hace ya 20 años o más". Ahora, y según "marcan los científicos", en lo que "más tenemos que invertir es en medidas de adaptación para protegernos" porque, reitera el meteorólogo, "vamos hacia un escenario claramente más cálido".

La posibilidad de que en un futuro no se pueda vivir en Andalucía por las altas temperaturas no está sobre la mesa. Pero no porque no se vayan a rozar en algún momento los 50 grados, sino porque la clave, en este sentido, es la humedad. "La combinación de una alta humedad, del 85-90%, con altas temperaturas es letal y es la que hace que, al final, sea imposible vivir en un sitio", dice Viñas, que pone de ejemplo el Golfo Pérsico y ciudades como Dubái. 

Mucho más a corto plazo, para esta misma semana, el meteorólogo de Meteored prevé que en Sevilla seguirá el "calor intenso", con un probable repunte de las temperaturas en estos primeros días.

Pocos ingresos, pero más control

Por el momento, la Consejería de Salud de la Junta asegura que, aunque ha habido hospitalizaciones por culpa del calor, estas no son "destacables". De hecho, la consejera del ramo, Catalina García, ha subrayado que Andalucía es una de las comunidades que "más sufre" las olas de calor y, sin embargo, "si nos comparamos, no tiene un exceso de mortalidad". Esto, afirma, "no es mérito" de su departamento, sino "de los andaluces, que siguen las recomendaciones que se les dan y se protegen".

Lo que sí se está realizando es un "control muy importante" de las personas más vulnerables, es decir, mayores, niños, mujeres embarazadas y personas inmunodeprimidas, a los que la Junta tiene "totalmente identificados". Se hace a través de Salud Responde y del servicio de teleasistencia, que realizan llamadas para "dar consejos" y pedirles que "avisen" al menor síntoma de un golpe de calor.

El servicio de teleasistencia ha gestionado desde el pasado 1 de junio cerca de 54.000 llamadas en toda la comunidad, con Sevilla a la cabeza (10.907 comunicaciones). La Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad ha realizado un refuerzo de este recurso, que podría extenderse más allá de septiembre si persistieran las alertas por calor.

Aún así, desde el propio Gobierno de la Junta no dejan de pedir "precaución" a la población ante las altas temperaturas y los avisos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que estos días oscilan entre el naranja y el rojo. El llamamiento se dirige a los mencionados vulnerables, pero también a los trabajadores. Y es que Sevilla ya se cobró en la primera ola de calor, que se registró a finales de junio, una víctima mortal en Aznalcóllar, la de un hombre que se encontraba realizando labores en una finca agrícola de su propiedad.

El calor mata, y así lo demuestran los datos. No en vano, España fue el verano pasado el segundo país europeo que más muertes registró por calor, algo más de 11.300, cifra que ascendió a más de 61.000 en todo el continente, según un informe del Instituto de Salud Global de Barcelona y el Instituto Nacional de Investigación en Salud y Medicina de Francia (Inserm), publicado en la revista Nature Medicine.

Los más desfavorecidos

Si aguantar estas temperaturas es difícil para cualquier persona, la situación se agrava en el caso de los más desfavorecidos, como las personas sin hogar. En este sentido, el Ayuntamiento ha reforzado ya el dispositivo especial contra el calor para atender a este colectivo, con 15 plazas adicionales en el Centro de Acogida Municipal (CAM) cuando se producen alertas naranjas o rojas. Además, la Unidad Municipal de Emergencias Sociales y Exclusión Social (Umies) ha intensificado el número de rutas diarias, en todos los turnos y por toda la ciudad. Rutas en las que se facilita agua a los sintecho, además de información sobre los recursos sociales.

Ocurre lo mismo en algunos barrios de Sevilla, donde los vecinos llevan años sufriendo cortes de luz en sus viviendas, lo que les impide, entre otras cuestiones, encender el aire acondicionado o el ventilador.

Antonia Aguilar, vecina de Sevilla que sufre cortes de luz en su casa.
Antonia Aguilar, vecina de Sevilla que sufre cortes de luz en su casa.
Jaime Martínez

En San José de Palmete rezan para que no se vuelva a ir la electricidad. En este barrio residen muchas personas mayores, algunas enfermas, como Antonia Aguilar, de 76 años, que padece arritmia y es asmática, por lo que necesita dormir conectada a una máquina de oxígeno. Cuenta que con este calor no sale "para nada" porque se ahoga. Antes sí iba por la mañana a comprar, pero "venía empapadita y asfixiada". Así que ahora "estoy todo el día aquí metida" y "pidiéndole a Dios que no nos corten la luz, porque con estas calores, nos morimos", relata a 20minutos.

Antonia recuerda angustiada que hasta hace unos días, tenía que estar "sentada en la esquina de la calle hasta las cuatro de la mañana, que venía la luz, pero a las cinco se volvía a ir". Ahora, tras unas mejoras realizadas por Endesa en el barrio no han vuelto a sufrir cortes, pero ahora el aire acondicionado "no sale con suficiente potencia". Todo ello le ha provocado ansiedad, añade esta vecina, que reitera que "este verano lo estamos pasando fatal". "No sé qué voy a hacer, voy a tener que estar todo el día en la ducha. Hasta la perrilla que tengo está desganada", concluye.

Milagros y Manuel, dos vecinos de Sevilla que sufren cortes de luz en su casa.
Milagros y Manuel también han padecido los cortes de luz.
Jaime Martínez

En la misma situación se encuentran sus vecinos Milagros Valeirón, de 72 años, y Manuel González, de 77. Él padece una enfermedad cardíaca, por lo que "con un poco de calor se sofoca", cuenta su mujer. Por ello, tienen todo el día puesto el aire acondicionado o el ventilador. Las noches son lo peor, porque el aparato de aire de su dormitorio es antiguo y apenas refresca. Pero intentan ser optimistas: "Mientras no tengamos apagones estamos bien, gracias a Dios, lo sobrellevamos".

¿Y cómo lo hacen? "Ventilo una hora la casa por la mañana y dejo abiertas las puertas del patio y de la cocina”, explica Milagros. A las dos de la tarde lo cierra todo de nuevo, hasta las nueve o diez de la noche, que es "cuando puedo abrir un poco las puertas, pero no podemos salir ni a la calle, ni al patio ni a ningún lado". De hecho, llevan tres días sin salir de casa por el calor. Cocinar tampoco es fácil. Aunque ellos son de guisos de cuchara hasta en verano, estos días prefieren "aliños y mucha fruta", en definitiva, "cosas que no lleven mucho tiempo y no den calor".

Piscinas nocturnas

Sin expectativas de que el calor vaya a remitir en las próximas semanas, poco se puede hacer para combatir el mercurio. Lo fundamental es seguir las recomendaciones de Salud: no salir, en la medida de lo posible, ni hacer deporte en las horas centrales del día, cubrirse la cabeza en la calle, beber mucha agua para mantenerse hidratado y cerrar ventanas y cortinas durante el día.

Y, quienes puedan, darse un chapuzón en la piscina. Aunque ni siquiera durante el día es un alivio. "Solo puedes estar en el agua, que ni siquiera está fresquita, porque en cuanto sales, aunque estés a la sombra, el sol te abrasa", afirma Mercedes, de 73 años.

Es por ello que varios municipios de la provincia abren sus piscinas municipales por las noches en los días de más calor. Lo hacen, por ejemplo, Mairena del Aljarafe, Espartinas o Gines, pueblo este último cuyo alcalde, Romualdo Garrido, puso en marcha esta iniciativa por primera vez en 2018 y, desde entonces, repiten cada año ante el éxito entre los vecinos, que pueden entrar gratuitamente siempre que estén empadronados desde las 21.30 hasta la 1.00 de la madrugada.

La capital, mientras, tiene que soportar las olas de calor con solo cuatro piscinas municipales, que abrieron el pasado 1 de julio. El alcalde, José Luis Sanz, ya ha anunciado que el próximo año, al menos, abrirán desde junio.

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